DISFRAZ DE BANCA VINOTINTO

Decidir el disfraz se convirtió en un reto de este 2013. En unos Carnavales atípicos, en donde la escasez de productos nos dejó sin harina ni postura de gallina para arrojarle a la gente, la gran bomba llenada con un balde de agua fría la lanzó el gobierno devaluando la moneda de $4,30 a $6,30. Hay gente con talento para la máscara y comparsa.
Fue entonces cuándo pensé en el digno disfraz que titula esta nota: "Jugador de la Banca Vinotinto".
Nada refleja mejor nuestra realidad que ese jugador de banca que se esfuerza en formar parte del equipo, que quiere más que nadie que el país vaya a su primer "Mundial" en un año crucial para la clasificación, pero que se queda ahí, muy cerquita de ayudar, a expensas de la decisión de un tercero que lo ignora, un Director Técnico que no cambia de jugadores así pierda los partidos.
Un jugador de banca que mira con asombro a un público esperanzado y fiel a pesar de las muchas derrotas y los pocos aciertos. Público éste que traslada los errores a los jugadores, pero no quiere que cambien al Técnico pues siguen creyendo en su palabra de habernos convertido en una potencia mundial que acabará con la hegemonía de Brasileños, Italianos, Alemanes y Españoles.
Pero también este jugador recuerda que una vez hubo un técnico elevado a la categoría de Dios por muchos años, y en medio de un juego, sin previo aviso, el público perdió la paciencia y en cuestión de minutos se rompió el hechizo. El Técnico más grande que habíamos tenido salió repudiado del Estadio. Cosas del fútbol. Y de la vida misma.
Por ahora, seguimos expectantes. Somos millones en la banca que queremos ayudar a un país en la cuerda floja, tan cerca de la gloria pero a un traspiés del fracaso sin que el Director Técnico nos tome en cuenta.


*A partir de ahora este blog deja de llamarse "Cabilla" y pasa a ser "Cuentos de Camino".

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