OPORTUNIDAD PERDIDA ANTE LA CRISIS
En días recientes, Gina Parody, Directora General del Servicio Nacional
de Aprendizaje de Colombia (Sena), ente homólogo del Inces venezolano, escribió
un artículo publicado en el diario El Tiempo titulado "El
camino para la igualdad y la paz".
En él, Parody, quien es abogada con maestría en administración pública
por la Universidad de Harvard y ha sido la senadora más joven en la historia de
Colombia, señala: "quienes conocen de educación en conexión con el
mundo laboral saben que ser técnico o tecnólogo no es menos importante que ser
profesional. En países como Alemania la formación para el trabajo ha sido la
verdadera clave del desarrollo. Más del 60 % de los egresados de bachillerato
en el país europeo salen del colegio rumbo al sistema de formación dual, que
les permite aprender diferentes oficios. (...) Gracias a este sistema,
Alemania es el país con el índice de desempleo juvenil más bajo de la Unión
Europea.
Prosigue explicando que "los estudiantes valoran este tipo
de formación y saben que tiene sentido empezar aprendiendo un oficio que puede
abrirles las puertas al mundo laboral. Ahí es donde el SENA juega un papel
fundamental. Por eso, el SENA está avanzando en el camino hacia la
excelencia con un presupuesto fortalecido de 2,7 billones de pesos, con más
inversión en infraestructura y tecnología, pero, sobre todo, con excelencia
docente.
El reto, continúa diciendo, "es hacer del Sena la mejor entidad de formación para el trabajo de América Latina en los próximos 5 años. Acabar con el estigma que oculta el verdadero valor de técnicos y tecnólogos. Estamos en deuda de impulsarlos para evitar que se pierdan oportunidades de trabajo y de desarrollo económico. Con más jóvenes en el mundo del trabajo no solo seguiremos dando la batalla contra el desempleo juvenil, sino construyendo la paz que se logra con igualdad de oportunidades, con educación y empleo.
Mientras
en Colombia se avanza en el fortalecimiento, reimpulso y valoración del
SENA como instrumento para el desarrollo sustentable, la educación, el empleo
digno, e incluso como herramienta "para la paz y la igualdad" del
vecino país; en Venezuela hemos tomado la senda opuesta.
El actual Presidente del Instituto Nacional de Educación Socialista (Inces), Luis Berrizbeitia, comunicador y filósofo que destaca por su manifiesta amistad con el Vicepresidente de la República Jorge Arreaza, en abril de 2013 inició "el desmantelamiento metodológico e ideológico del Inces."
El Instituto Nacional de Cooperación Educativa INCE, fue fundado el 22 de agosto de 1959 por iniciativa del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, con el fin de promover la formación profesional de los trabajadores venezolanos, el desarrollo de programas dedicados a la juventud desocupada y el aprendizaje de los jóvenes aprendices. Más de 6 millones de personas se han formado en sus aulas y talleres en oficios calificados.
En mayo del año 2008 se reformó su ley, cambiando de nombre a INCES, Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista, modificando su objetivo para la ejecución de programas educativos “adaptados a las exigencias del modelo de desarrollo socioproductivo socialista bolivariano”. Amparado bajo esta normativa, hace exactamente un año se eliminaron los cursos de formación profesional, los programas y las salidas ocupacionales para la clase trabajadora del país, y se sustituyeron de forma abrupta por “Proyectos Integrales” para el desarrollo de las Comunas bajo la falsa premisa de no seguir formando "mano de obra barata para el capitalismo."
La atención exclusiva del desarrollo comunal
ha desatendido a la clase trabajadora venezolana y a la juventud desocupada,
contradicción inexplicable considerando los retos del gobierno ante la
coyuntura política actual, aunado a la urgencia de elevar la producción y el desarrollo
sustentable de los sectores económicos, sociales y culturales. Recordemos que
la economía comunal representa apenas el 1% del PIB nacional.
La eliminación improvisada de los
"Cursos”, estando aún lejos de consolidarse la metodología por
“Proyectos”, ha ocasionado consecuencias negativas para la institución, y por
ende, para el país. El
nuevo modelo destaca por un alto contenido filosófico que por radical y etéreo,
torpedea la autocrítica y la realidad de los escasos resultados obtenidos en la
práctica. La continua descalificación de experiencias históricas y exitosas de
los 54 años del INCES, incluyendo el nacimiento, impulso e impacto de las misiones
sociales, demuestra desconocimiento y sectarismo.
Caminos transitados por el Inces se vienen aplicando e incluso descubriendo en otros países con resultados exitosos. Resalta Gina Parody que además de Alemania, en países como Suiza, Finlandia, Corea y Singapur tiene alto prestigio la formación en oficios.
También existen casos como las secundarias técnicas y gratuitas de Brooklin, Estados Unidos, financiadas por el gobierno y los empresarios donde los aprendices salen con un empleo remunerado de aproximadamente 40.000$ al año. O el ejemplo de México, donde se impulsó el turismo en la Rivera Maya formando a la juventud desocupada directamente en los hoteles. En contravía, el Inces venezolano desaparece sus programas equivalentes.
Bajo el esquema actual, el Inces ha
desatendido a la juventud desocupada, sector clave para contribuir con la lucha
contra el desempleo, el flagelo de la droga, el embarazo precoz y la
delincuencia juvenil, a través de su formación en oficios calificados. El
cambio curricular desestima la programación; la misma se construye in
situ ¿Como se actualiza? ¿Cómo se avanza tecnológicamente?
¿como se exige la "construcción de saberes" a privados de libertad o
a personas con discapacidad?
A
esto se suma una realidad laboral interna que no es más que el reflejo de lo
que se concreta hacia afuera: incumplimientos de Convención Colectiva,
condiciones de trabajo precarias, acoso laboral y político, además de la
desmejora de derechos tan fundamentales y urgentes como los servicios de salud
para sus trabajadores. Los maestros del Inces ni siquiera gozan de estabilidad
laboral.
En fecha 25 de marzo de 2014 se anunció el cambio de adscripción del Inces del Ministerio de Ciencia y Tecnología, al Ministerio del Trabajo y la Seguridad Social. El Sena, por ejemplo, se encuentra adscrito al Ministerio del Trabajo de Colombia, algo coherente con la misión del Instituto, y que en nuestro caso, refuerza la necesidad de retomar la formación profesional de los trabajadores venezolanos.
El Ministro del Trabajo, Jesús Martínez, de trayectoria laboralista, tiene una
oportunidad de oro para enderezar el rumbo del Instituto y detener la caída
libre de la antes llamada Universidad del Pueblo. ¡Salvemos
al Inces!
Sin duda alguna el fracaso de la gestión de nuestras Autoridades es incuestionable. Con una clara improvisación y arrogancia han querido implantar un modelo formativo que ni siquiera para ellos tienen la satisfacción de mostrar resultados convincentes. Nos queda a aquellos que no duele nuestra Institución dejar la indolencia cómplice y oponernos a la destrucción de la Universidad del Pueblo . Humberto Méndez
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