Venezuela 2017: Hambre y pobreza
Artículo para el Boletín Internacional de Provea
“Aquí todo va de mal en peor”
Es que
somos muy pobres, JUAN RULFO
La pobreza está reconocida por Naciones Unidas como un estado general de
violación a los derechos humanos. Un fenómeno multidimensional que comprende la
falta de ingresos y de capacidades básicas para vivir con dignidad.
Los más recientes informes de organizaciones,
consultoras y universidades del país coinciden en las alarmantes cifras de
pobreza y deterioro de la calidad de vida de los venezolanos durante la gestión
del Presidente Nicolás Maduro; proceso que se ha acelerado durante el año 2016
e inicios del 2017.
Hogares pobres se duplicaron
La tercera edición de la Encuesta Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi 2016) elaborada
por las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón
Bolívar, cuya presentación fue el viernes 17 de febrero de 2017, evidenció que
los hogares pobres se duplicaron en Venezuela. De un 48% de hogares pobres que
había en 2014 se pasó a 81,8% el año pasado. Sólo en 2016, la pobreza
coyuntural pasó de 31% a 35%, es decir que 350.000 venezolanos cayeron en
pobreza.
En tres años de presentación del Informe, por primera
vez la desnutrición apareció en un 3,9%, evidenciando un problema de salud
ocasionado por falta de alimentos. Mientras en 2014 solo en 10,2% de hogares se
preparaba únicamente dos comidas, en 2015 la cifra se incrementó a 11,2% y en
2016 se elevó a 32,5%, lo cual representa que 9,6 millones de personas hacen
menos de dos comidas al día. Se está consumiendo la carga calórica de países en
guerra: la mayoría de la población está por debajo de 2.000 calorías bajas.
93,3% afirma que el ingreso no le alcanza para comprar
comida, lo cual indicaría la presencia de la inseguridad alimentaria en el
país. Tal como aseguran los investigadores, todo es producto de una errada
política para atender a los pobres que dejó a la población desprotegida.
Crisis alimentaria: Foco de la conflictividad social
De acuerdo al Informe
de Conflictividad en Venezuela Enero — Octubre 2016 del Observatorio
Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), más de 30 mil protestas se han
registrado en el país en los últimos 5 años. De enero a octubre de 2016 el
reporte fue de 5.772 protestas.
Después de 2014, el año 2016 se convirtió en el segundo
con el mayor número de protestas del período documentado. 71% de esas protestas
fueron para exigir derechos económicos y sociales. Llama la atención que entre
2012 y 2015, exceptuando las protestas políticas del 2014, el mayor índice de
protestas fue laborales. Sin embargo, en el 2016 por primera vez la crisis
alimentaria ha sido el principal foco de conflictos en un año; expresados en
cierre de vías, saqueos e intentos de saqueos. Esto sin contar el preocupante incremento
de familias buscando comida en la basura.
Ellos están más gordos
Según los resultados de la investigación documental y
cualitativa Impacto de la escasez de
alimentos y medicamentos sobre el venezolano en el 2016, presentada por la
consultora Visor 360, la percepción general de los grupos focales fue la de
responsabilizar al actual gobierno del evidente fracaso de sus políticas
públicas.
En este sentido, fueron examinados cada uno de los
errores de las distintas políticas públicas que condujeron a la crisis actual.
Una constante en todos los grupos focales fue el surgimiento de términos como “discriminación”,
“miedo” y “exclusión”; además de aflorar la percepción del control social a
partir de las políticas que sobre la distribución de los alimentos y la comida
desarrolla el gobierno nacional.
Todo lo que rodea el desabastecimiento, escasez de
medicamentos e insumos hospitalarios impacta en el entorno psicosocial
demarcado por cómo se establecen las relaciones intersubjetivas de los
ciudadanos. En los grupos focales afloraron claros síntomas de una
intersubjetividad maltratada, herida y muy sensible, expresada en comentarios
tales como:
“Nosotros cada vez
más flacos y ellos [en el gobierno] están más gordos.”
El derecho humano a la alimentación
La pobreza y el hambre conforman una dupla inseparable.
Ambas están estrechamente vinculadas, siendo la segunda consecuencia de la
primera, constituyéndose en graves violaciones de derechos humanos. La antes
mencionada Encuesta Condiciones de Vida en Venezuela
(Encovi 2016), establece que el 74,3% de
la población ha perdido al menos 8,7 kilos de peso de forma no controlada en el
último año. Los pobres extremos afirman que han bajado más de 9 kilos.
El artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece
que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.
El derecho a una vida digna está reconocido en todo el sistema de protección de
derechos humanos. Pactos, convenciones y declaraciones así lo garantizan.
Sin embargo, el autodenominado gobierno humanista de Nicolás Maduro,
devenido en dictadura del siglo XXI, somete a millones de venezolanos al
problema humano más grave del mundo actual: el hambre. Es indispensable un
cambio en las políticas públicas que se encamine a superar la pobreza, lo cual
sólo es posible con el rescate de la democracia y el encause de políticas
erradas.
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