Enfermarse es contrarrevolucionario


“Cuando inesperadamente tía Clelia se sintió mal, en la familia hubo un momento de pánico y por varias horas nadie fue capaz de reaccionar y discutir un plan de acción.”

La salud de los enfermos; Julio Cortázar

Mantenerse sano es un acto de supervivencia y de fe. La atención médica en revolución decayó a niveles dramáticos, especialmente durante el gobierno de Nicolás Maduro. En muchos casos, la ausencia de medicamentos es total y prolongada y la atención en los hospitales precaria, poniendo en riesgo la vida de quienes sufren algún padecimiento de salud. Pero además, la victimización es doble, ya que la incertidumbre de no conseguir medicamentos y las consecuencias que ello acarrea afecta la salud mental de los pacientes.

Ante esta coyuntura, la respuesta del gobierno ha sido negar la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país. Defensores de derechos humanos como Francisco Valencia, director de CODEVIDA, han considerado la política del gobierno como deliberada, pues no se activan los mecanismos de cooperación  internacional para solventar la situación; posiblemente por la corrupción en el sector y los negocios de personas vinculadas al gobierno. La prioridad es mantener el poder y sus prebendas, independientemente que la vida de la gente esté en peligro.
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