Seda o el viaje interior de ida y vuelta

“Es un dolor extraño. Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca”.

Una persona puede descubrirse infeliz al cambiar su rutina. También puede dejar de serlo volviendo a ella. La lacónica y poética Seda nos muestra la evolución de un hombre común a través del viaje y del eros, al trastocar su vida de padre de familia en un pueblito francés del siglo XIX, a la de aventurero comerciante en el archipiélago japonés. Obtiene prosperidad con el comercio de gusanos de seda, y se obsesiona con la enigmática y silente mujer de Hara Key, con quien apenas cruza miradas. 

El mismo Baldabiou que lo conduce por el sendero japonés, lo salva de la melancolía de una vida sin sentido, por medio de un singular pacto con su esposa Hélène, que le hace cerrar el círculo del deseo oriental a través de cartas apócrifas y aventuras maritales que lo reencuentran con el amor; como los pájaros de cierto pasaje que, una vez libres, vuelven a la jaula:

“Corrían y gritaban, miraban arriba y perseguían a aquellos pájaros en fuga, durante años orgullo de su señor. Se puso a observar la pajarera, mirando las puertas abiertas. —Volverán. Es siempre difícil resistir la tentación de volver, ¿no es cierto?”

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