El diario de Anne Frank: La novela gráfica
«No pienso en la miseria sino en la belleza que aún permanece»
Ana Frank, la niña de 13 años de ascendencia judía que escribió su diario (al que llamó Kitty) escondida de la ocupación nazi durante la II Guerra Mundial. Diario interrumpido abruptamente en agosto de 1944, cuando su familia es descubierta y enviada a un campo de concentración. En sus páginas se documenta tanto su tránsito a la adolescencia como el paulatino horror de ocultarse de la muerte. El único sobreviviente, Otto, padre de Ana, publicó el libro en 1947.
La primera vez que me acerqué a la historia de Ana fue a través de su conmovedor diario. Tiempo después pude contemplar desde afuera y con asombro su casa-museo en Amsterdam, frente al canal. Por eso al leer "El diario de Anne Frank: La novela gráfica", familiarizado como estaba con el relato de sus dos años de encierro en "la casa de atrás", pude valorarla desde el conocimiento previo de su relato.
La novela gráfica de Ari Folman y David Polonsky recrea con acierto la obra original. Sus magníficas viñetas ilustran no solo el suplicio de sobrevivir en una madriguera sino también la carga emocional de una víctima inocente, de una joven excepcional que mata las horas dejando registro en su diario. Una muestra de que el horror se puede comprender mejor desde la periferia, no necesariamente narrando las ejecuciones y ráfagas mortales, sino desde la vulneración de la dignidad humana en su vida cotidiana.
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