Drácula
«Van Helsing dijo: Siempre es el fracaso el que nos sirve de lección»
Versiones abundan del vampiro «romántico», metamorfo, sediento de sangre. Seductor lujurioso que controla y quita poder: «El no-muerto». Sin embargo, es menester volver a la fuente, ya que todas las vertientes brotan de «El vampiro» de Polidori (1819) y del «Drácula» de Bram Stoker (1897).
Novela fundacional. Narración epistolar. Clásico del terror en inglés junto a Frankenstein de Mary Shelley y el Dr. Jekill y Mr. Hyde de Robert L. Stevenson. «Drácula» cuenta la historia del famoso conde de Transilvania, en el Este europeo. Un muerto viviente de grandes poderes que busca expandir su reinado a Londres. Intentarán detenerlo tres de sus víctimas: Jonathan Harker, Lucy Westenra y Mina Harker; acompañados del profesor Abraham Van Helsing, el doctor Seward, el noble Arthur Holmwood y el norteamericano Quincey Morris.
«Si hubiese besado a Lucy, usted se habría transformado en un nosferatu, como los llaman en la Europa Oriental, en un zombie, como se dice en las Antillas, y se habría dedicado a crear otros no-muertos»
¿Es el vampiro un sátiro o un zombie? Puede que las dos. Drácula acecha a sus víctimas para succionarles la sangre. Su letargo pronto se inflama de deseos eróticos y seduce a jóvenes hermosas para vampirizarlas, convertirse en su amo. No puede morir si no le clavan una estaca de madera en el pecho y le cortan la cabeza. Así lo confirma el más avezado de sus cazadores, el ingenioso Van Helsing.
La influencia de esta obra trasciende los centenares de películas, series, comics, videojuegos y relatos de vampiros que ha inspirado. Se cuela en el género zombie, desde La noche de los muertos vivientes, The Walking Dead y The Last of Us; y hasta en la literatura erótica. De sus adaptaciones destacan los Nosferatu (1922 y 1979), los Dráculas arquetipales protagonizados por Bela Lugosi (1931) y Christopher Lee (1958), y el Drácula de Francis Ford Coppola (1993).
El vampiro vive. Es inmortal.
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