En Grand Central Station me senté y lloré
"Tenaz como un pájaro recién nacido, todo boca con su único deseo, cierro los ojos y tiemblo, esperando el paraíso: va a tocarme".
La novela autobiográfica “En Grand Central Station me senté y lloré” de Elizabeth Smart, publicada en 1945, cuenta la relación obsesiva de la autora con el poeta George Baker, un hombre casado que la arrastra a una relación tóxica, sin miramientos.
Cabe preguntarse si es precursora del reciente boom de la denominada “autoficción”. Es una muestra del talento literario de Smart y merece ser leída por aquellos interesados en la literatura autobiográfica y poética.
La obra, que exuda lirismo y sensualidad, no obstante puede empalagar por su reiterativo melodrama en clave poética.
"Dios, baja del eucalipto que crece junto a mi ventana y dime quién se ahogará en tanta sangre"
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