La invención de Morel
«La invención de Morel» cuenta la extraña historia de un fugitivo en una isla desierta, quien se obsesiona con la realista proyección en bucle de una mujer de otro tiempo y espacio, corporeizada por un ingenioso invento; resultando su actuar loco hacia Faustine el «tímido homenaje de un amor»
«Estar en una isla habitada por fantasmas artificiales era la más insoportable de las pesadillas; estar enamorado de una de esas imágenes era peor que estar enamorado de un fantasma».
Una grata sorpresa fue encontrar la efusiva oda a la Venezuela de siglo XX que permea el relato, una imagen tan congelada en el tiempo como la isla experimento de Morel.
Se deduce que el personaje cometió su inconfesable crimen en Caracas, enloqueciendo y, por tanto, atribuyendo sus presuntas alucinaciones a su experiencia en esa ciudad. No lo culpo.
«Que nos riamos juntos de estas falsas vísperas de la muerte, que lleguemos a Venezuela; a otra Venezuela, porque para mí tú eres Patria».
Afirmó Borges que si él hubiera escrito una novela, esa sería «La invención de Morel». Y es que la simbiosis entre este y Bioy Casares se palpa en todas sus páginas. No obstante, sin negar que es una magnífica obra de la literatura fantástica, profundamente filosófica, considero a Borges varios peldaños por encima de Don Adolfo.
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