Los ladrones de cuerpos
"¿Cuántas de esas cosas habrá en la ciudad ahora mismo, escondidas en lugares secretos?"
Dice el refrán que no se debe juzgar un libro por su portada. Publicada en 1955, "Los ladrones de cuerpos" de Jack Finney podría parecer una novela pulp convencional a los ojos de algún purista. Sin embargo, "Los ladrones..." es mucho más que un simple page-turner de invasión extraterrestre. Es, quizás sin proponérselo, una obra de gran influencia en los géneros de horror y ciencia ficción desde hace décadas.
"Los hombres, mujeres y niños que poblaban las calles y tiendas eran ahora otra cosa muy distinta, hasta el último de ellos. No había allí quien no fuera nuestro enemigo, lo era incluso aquel que tenía los ojos, el rostro, los gestos y los andares de algún viejo amigo"
En la novela, el pueblo de Santa Mira, California, es invadido por "vainas" extraterrestres que duplican a los humanos, reemplazándolos con réplicas sin emociones. El Dr. Miles Bennell descubre la verdad y lucha por salvar a su antiguo amor Becky Driscoll y a sí mismo de esta amenaza. Cabe destacar que el tema de la posesión del cuerpo humano por una entidad externa, parásita e invasora, ha sido explorado posteriormente en una amplia galería de obras que van desde "V: Invasión Extraterrestre", "El Exorcista", "La Profecía", "The Thing", hasta "The Host" y "The X-Files". Estas historias no escapan de las alegorías sobre la alienación colectiva cuyo precedente sentó "Los ladrones de cuerpos".
"Las vainas han de cumplir su misión, su razón de ser. La función de todo ser vivo, habite donde habite: sobrevivir"
La paranoia en torno a teorías conspirativas en una era de posverdad y movimientos hegemónicos hace más vigente que nunca la propuesta de Finney. Por un lado, nos hace sonreír con sarcasmo y, por el otro, enciende las alarmas ante las amenazas veladas de nuestras sociedades: negacionismo, neofascismo, cultura woke, por nombrar algunas.
"Lucharemos contra ellos y nunca jamás nos rendiremos"
Es tan simple como despertar un día y ver que tus familiares, amigos y vecinos parecen ser los mismos de siempre, pero no lo son. Hay algo en ellos, en su mirada, en levísimos cambios de su razonamiento, que nos indica que ya no son los mismos ni pueden ser salvados: han sido cooptados por las ideologías de otros que han suplantado su mente. El verdadero terror se camufla y puede estar mucho más cerca de lo que parece.
"Son parásitos. Parásitos del universo, y serán ellos sus últimos supervivientes"
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