American Psycho
Brutal y despiadada, no apta para débiles de estómago. Stephen King dijo una vez que si no podías asustar al lector, debías asquearlo. Bret Easton Ellis elevó esa idea al paroxismo. La novela “American Psycho”, publicada en 1991, es una obra que desafía los límites de la narrativa contemporánea al sumergir al lector en la mente perturbada de Patrick Bateman, un ejecutivo de Wall Street con una doble vida como asesino en serie. Bret Easton Ellis, con su estilo crudo y sin concesiones, nos lleva a través de una espiral de depravación, asesinato y paranoia, mientras Bateman lucha con su propia cordura y percepción de la realidad.
"Patrick no es cínico, es un buen chico, ¿verdad, cariño? -No, no lo soy -susurro para mí mismo-. Soy un jodido psicópata malvado".
Más allá de su contenido explícito de sexo y violencia, la novela arroja luz sobre los excesos de la élite financiera, los límites de la moralidad en la sociedad contemporánea y la vacuidad del mundo materialista de los años 80. La adaptación cinematográfica a cargo de Mary Harron logra capturar la esencia satírica de la obra, presentando una Nueva York donde la apariencia y el estatus social son moneda corriente, con un Christian Bale a la altura del desquiciado personaje.
"Oídme, chicos, mi vida es un infierno viviente".
“American Psycho” se erige como una obra perturbadora y fascinante, que fusiona el horror psicológico con la sátira social, dejando al lector inmerso en un viaje emocional y reflexivo sobre la naturaleza humana y la sociedad contemporánea. Siempre que, claro, tenga estómago para acabar el libro.
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