Salem's Lot

"En torno de todos ellos, la bestialidad de la noche alza el vuelo con sus alas tenebrosas. Ha llegado la hora del vampiro."

He leído cerca de 30 libros de Stephen King y me sorprende que El misterio de Salem’s Lot, su segunda novela, no tenga el reconocimiento de obras como Carrie, El Resplandor, Misery o IT. Quizás se deba, en parte, a no contar con una adaptación cinematográfica a la altura. Y eso que quizás sea una de las mejores obras de vampiros de todos los tiempos.

"Pero yo he vivido más tiempo que vosotros. Yo no soy la serpiente, soy el padre de las serpientes".

La novela transcurre en el pueblo imaginario de Jerusalem’s Lot (conocido como Salem’s Lot), infectado por el despertar de una entidad maligna. Allí conoceremos a Ben Mears, un escritor que regresa a Salem’s Lot con la intención de superar sus traumas del pasado escribiendo sobre la Casa Marsten, una mansión abandonada que se yergue como oscuro faro del pueblo. Su regreso coincide con la llegada de dos forasteros: Kurt Barlow y Richard Straker, un vampiro que intenta recuperar su antiguo poder y su fiel protector.

"Si a un miedo no se le puede dar forma, no se le puede vencer".

King despliega su acostumbrada creación de atmósferas opresivas y personajes complejos, en una estructura coral que ofrece múltiples perspectivas y que bebe de las fuentes primigenias del relato de vampiros, en especial del Drácula de Bram Stoker. Salem’s Lot se convierte en un personaje más de la novela, con sus secretos y su decadencia, a medida que los habitantes sucumben, vulnerables, al poder del vampiro en plena década de los 70 del siglo XX. Los vampiros de esta novela son criaturas tan aterradoras que ni el Padre Callahan, personaje que reaparecerá en la obra de King como parte del Ka’ Tet del pistolero Roland Deschain, pudo vencerles.

"Vampiros, señor Lumley. Jerusalem's Lot está lleno de vampiros".

En la edición especial ilustrada del 30 aniversario de su publicación, se incluyen dos buenos relatos, si se quiere complementarios, que describen acontecimientos posteriores y anteriores ocurridos en ese pueblo maldito. Al primero se le conoce en español como Una para el camino. El segundo, escrito al mejor estilo Lovecraft, como Jerusalem’s Lot. Ambos imperdibles.

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